Pascua

 El Domingo de Pascua, día de la Resurrección, acaba la Cuaresma, y con ella la prohibición de comer carne( hoy día esto no tiene importancia, pero antiguamente la cuaresma era observada por todo el mundo); se celebra comiendo el hornazo en el campo. Antaño se decía que no se podía comer el hornazo porque tenía la sangre de Cristo, hasta que en la procesión del domingo de Pascua se juntara la Madre con el Hijo (Una procesión iba por una calle con la imagen de la Virgen, y otra con la imagen de Cristo por otra calle, y se juntaban en las Arroseras; una vez producido el encuentro, a la Virgen se le cambiaba el manto negro por otro blanco con bordados).

Tras la procesión, se reúnen las cuadrillas de amigos o de familiares, y marchan hacia el campo (la mayoría van al monte municipal) para comer y pasar allí el día. Paseo en burro por el monte

El viaje se hace en remolques, en coche, en caballos, en burros o andando; el ambiente es festivo y se acompaña el viaje con canciones típicas del pueblo.

No es casualidad (porque en otros pueblos de la comarca ocurre lo mismo: Olmedo, Lumbrales, Yecla, Bañobárez, Vilvestre...), que en el lugar donde se acude a comer el hornazo exista un yacimiento arqueológico (ya estudiado por el P. Morán a principios de siglo y donde encontró elementos de ajuar como hachas de piedra), del que solamente quedan algunas piedras de enterramientos neolíticos. Desde los primeros tiempos, la Iglesia cristianizó dioses, lugares sagrados y ritos, para conseguir su desaparición, transformándolos en santos, lugares sagrados y ritos cristianos. (Según los arqueólogos, el lugar, junto a la ribera, donde se realizaron los enterramientos, posiblemente estuviese consagrado a la diosa Navia).

Allí se cocina la paella y el cordero, pero la comida típica es el hornazo (masa de pan rellena de embutido, cocido en el horno).

La merienda en el monte